APTITUD DE LAS CONFERENCIAS DE LAS PARTES (COP) PARA FRENAR EL CAMBIO DEL CLIMA

Hace más de 200 años que los científicos saben que los gases de efecto invernadero (GEI) estacionados en la atmosfera que emite naturalmente el planeta le dan el calor suficiente para la vida en la Tierra, y más de 100 años que se demostró que la actividad humana también genera dichos gases y finalmente más de 50 años que la ciencia viene diciendo que la acumulación de GEI producidos por la quema de combustibles fósiles los ha transformado en un riesgo para la vida que en su momento permitió.

Sintéticamente, en 1979 se realizó la primera conferencia mundial sobre el clima y en el año 1995 se llevó a cabo la primera Conferencia de las Parte (COP 1) donde los países participantes reconocieron que la forma de producir y consumir de los humanos tiene mucha influencia en el calentamiento global y acordaron mantenerlo bajo control limitando las emisiones de GEI. Luego de 20 años de negociación, en la COP 21 en Paris, casi 200 países acordaron mantener el calentamiento global por debajo de los 2°C respecto a la era preindustrial (1850) y proseguir los esfuerzos para limitarlo a 1.5 °C y evitar con ello los cambios del clima que provocan las catástrofes naturales que de manera creciente afectan el planeta.

Más recientemente se realizó en Dubái la COP 28 y una conclusión importante de la ciencia expuesta en ella es que para limitar el calentamiento global a 1,5ºC se deben reducir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero un 43% hasta 2030 y un 60% hasta 2035 en relación con los niveles de 2019, y alcanzar las emisiones netas de dióxido de carbono cero para 2050. Si se tiene en cuenta que desde la COP 1 las emisiones anuales de efecto invernadero vienen creciendo a una tasa de +1,5% anual parece poco factible pasar a una tasa de decrecimiento de las emisiones mayor a -3% anual hasta 2030 o hasta 2035 y llegar a cero emisiones netas para 2050.

Una segunda conclusión de la COP 28 es que debido a la oposición de algunos países en desarrollo productores de combustibles fósiles y otros desarrollados, ha fracasado la intención de establecer en la declaración final “la eliminación gradual del uso de los combustibles fósiles para alcanzar la neutralidad de emisiones al 2050”. En lugar de ello se alentó a los países a que abandonen la utilización de combustibles fósiles de una manera justa y equitativa, lo cual no es que más una manera de disfrazar el fracaso del objetivo más importante de la reunión, pues esta exhortación no es mandatoria para ninguna de las partes.

Los escasos resultados obtenidos por las 28 Conferencias de las Partes llevadas a cabo desde 1995 para cambiar el derrotero del cambio climático son evidentes y ello reside en el hecho que si bien la humanidad entera conoce que estos cambios afectaran la Tierra, muchos de los países que integran las PARTES esperan que estos cambios nos los afecten o más aún, algunos creen que se verán beneficiados y por tanto para que realizar el esfuerzo de transformar su economía y bienestar económico a cambio de nada, cuando eran realidad son ellos quienes deben compensar a los países afectados.

Neutralizar las causas del calentamiento global es una externalidad negativa universal que requiere que los países dejen de lado sus nacionalismos y cedan soberanía a manos de una autoridad supranacional en este tema. De nada valen los esfuerzos individuales de algunos países para imponer impuestos al carbón o cupos a la emisión si no pueden apropiarse de los beneficios y ni siquiera pueden evitar las consecuencias climáticas de las emisiones de GEI de otros países que no hacen nada para evitarlas.